Mindfulness para ayudar en el duelo

¿Cómo la Atención Plena Ayuda a transitar una pérdida?

Perder a un ser querido es una de las experiencias más dolorosas que podemos vivir. En medio del caos emocional, la mente tiende a divagar entre el pasado y el futuro, reviviendo recuerdos o temiendo lo que viene. Aquí es donde el mindfulness —la atención plena al momento presente— puede convertirse en una herramienta poderosa de apoyo.

¿Qué es el mindfulness y por qué ayuda en el duelo?

El mindfulness es la práctica de prestar atención, de forma intencional y sin juzgar, a lo que está ocurriendo aquí y ahora. Observar directamente lo que estamos sintiendo en el cuerpo, en el corazón o nuestros pensamientos, sin tratar de evitarlo y huyendo a toda costa, nos ayuda a regularnos emocionalmente.

Elena, de 42 años, perdió a su madre tras una larga enfermedad. Se sentía abrumada por la tristeza, la culpa y el agotamiento. El pirmer día llegó desbordada. Le costaba quedarse sentada, perdía el hilo de lo quería contar, sentía taquicárdidias y sólo repetía: "No puede ser. No puedo con esto." .Comenzamos a crear un espacio de seguridad y presencia para que pudiera estabilizarse. La respiración es fundamental y nos conecta inmediatamente al presente ayudando a la mente a centrarse. Así que estuvimos respirando juntas y haciendo una descripción de las sensaciones que aparecián en cada momento. Paso a paso, fue tranquilizándose, encontrado apoyo y pudimos empezar un proceso de acompañamiento terapéutico donde se integró la práctica de mindfulness: breves meditaciones guiadas, respiración consciente y momentos diarios de atención plena, incluso al tomar una taza de té o salir a caminar.

¿Qué cambió? Elena no dejó de sentir tristeza, pero dejó de pelear contra ella. Aprendió a sostener su dolor con más suavidad, a reconocer los pensamientos sin dejarse arrastrar por ellos y, sobre todo, a permitirse pequeños momentos de bienestar sin culpa.

"No es que el dolor se fuera, pero dejó de ser un monstruo que me perseguía a cada paso", compartió.

El mindfulness no borra el dolor, pero lo hace más habitable. Es un ancla en medio del oleaje del duelo, una forma de acompañarse con compasión mientras se transita una pérdida. Practicar la atención plena es, en sí misma, una forma de amor propio.

 La atención plena ayuda a encontrar calma, claridad y pequeños momentos de alivio en medio del dolor. Cuando perdemos a un ser querido el dolor nos colapsa y, de manera instintiva, tendemos a huir, bloquearlo o a distraernos. Es normal. Para poder hacer un duelo sano, tarde o temprano necesitamos pasar por sentir ese dolor. No hay otra forma. Y aunque el dolor duelo, no mata, pero asusta y a nadie le gusta. Lo que pretende el Mindfulness es facilitar ese contacto con el dolor que cargas, a tu ritmo, sin que te machaques. Darle espacio al dolor para sanar y recuperar tu energía, tu estabilidad y la tranquilidad que necesitas.  

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