Cuando el Enfado Escondido Nos Aleja de las Personas que Amamos"

Laura tiene una relación difícil con su madre. Cada vez que intentan hablar de un tema importante, las conversaciones escalan rápidamente a discusiones intensas. Su madre, según Laura, nunca reconoce sus errores ni se disculpa. Esto la deja con una sensación de injusticia y decepción profunda.

A lo largo de su vida, Laura ha evitado mostrar su enfado.. Creció siendo "la niña buena" que no se queja, que atiende, que saca buenas notas, que ayuda en casa y siemore está disponible, reprimiendo sus emociones para mantener la paz. Sin embargo, ahora se da cuenta de que esa frustración acumulada está afectando su bienestar emocional y su relación con su madre. Le teme tanto al conflicto que incluso se reprocha a si misma, si alguna vez responde con rabia, evita expresar lo que realmente piensa o siente, lo que la hace sentirse culpable y atrapada en un ciclo de frustración.

La experiencia de Laura es más común de lo que pensamos. Muchas veces, en nuestras relaciones familiares, buscamos la aprobación o el reconocimiento de nuestros seres queridos, especialmente de nuestros padres. Cuando esto no sucede, podemos sentirnos invalidados, como si nuestras emociones no fueran importantes. La cosa es que nos podemos pasar el resto de nuestra vida, complaciendo y evitando ser cómo somos, en un intento incesable de que el otro reaccione como no lo hará, ni conseguirá vernos nunca. No porque tu no seas válida, sino porque no puede hacerlo, ya que en muchos casos  ni es consciente ni dispone de los recursos para hacerlo. 

En el caso de Laura, esta dinámica probablemente se formó durante su infancia, donde aprendió que expresar enojo no era seguro o aceptable. Total! ¿para qué si nadie me responde o me escucha cuando me enfado pidiendo respeto para ser quien soy? Como resultado, reprimió estas emociones, y fijó ln su mente la idea de que no es válida, ni suficiente. Ahora ellas están emergiendo de formas que no sabe cómo manejar.

Abordar la situación

Si te identificas con esta historia, aquí hay algunos pasos que podrían ayudarte:

Reconocer tus emociones como válidas: Sentir enfado o frustración no te hace "mala persona". Son emociones humanas y necesarias para establecer límites. A veces, hay que gritar para que a una la escuchen.


Entender tus necesidades: ¿Qué estás buscando realmente? ¿Reconocimiento, respeto, empatía? Al identificarlo, puedes empezar a trabajar en formas de satisfacer estas necesidades por ti misma.


Practicar la comunicación asertiva: Expresar tus sentimientos sin atacar o culpar al otro puede ayudarte a construir relaciones más saludables. Practicar el Mindfulness te ayudará a estar atenta a tus patrones y a no juzgarte para poder entrar y salir de esas emociones sin engancharte. 


Buscar apoyo profesional: Una terapeuta puede ayudarte a explorar estas dinámicas y construir herramientas para manejarlas de manera efectiva. ¡Pídeme hora sin compromiso y hablamos!

Transformar una relación complicada no sucede de la noche a la mañana, pero el primer paso siempre es mirar hacia adentro y reconocer nuestras propias emociones y patrones. Como en el caso de Laura, el cambio comienza con nosotros mismos.

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